Como hoy en día, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores poseía un completo ajuar tanto para su uso cotidiano en el camarín como para salir en procesión. En cuanto a la ropa señalamos en primer lugar algunas piezas significativas que además iban muy en consonancia con su época como las basquiñas, que formaron parte de la indumentaria de la Virgen hasta el siglo XIX. En el inventario de 1747 se reseñaba una de tafetán doble negro, y en el de 1797 se recogían dos: una de damasco negro y otra de felpa. Esta falda de color negro formaba parte del vestuario cotidiano de las mujeres españolas, especialmente a finales del siglo XVIII, acompañada de una mantilla que cubría la cabeza y los hombros. El conjunto, que vino en llamarse “traje nacional”, era usado por las mujeres de cualquier condición social a la hora de salir a la calle o asistir a misa[1].
Además de varias tocas, enaguas y camisas, Nuestra Señora de los Dolores dispuso de varias túnicas y vestidos, en los que predominaría el color rosado hacia la mediación del siglo XIX[2].
En cuanto a los mantos, la Virgen disponía de varios, bien destinados al camarín, bien para la procesión. En los distintos inventarios conservados se menciona desde 1747 un manto de felpa con algunas estrellas de plata[3], que es el que la imagen utilizaba cotidianamente en la capilla. Para la procesión del Miércoles Santo la Virgen contaba con un manto grande de terciopelo negro. A estos se une en 1797 uno nuevo de felpa celeste con veinte plumas de plata, guarnecido de gaza, y punta fina[4]. En 1842 parece que se refunden en uno el manto de estrellas y el de plumas, mencionándose un manto azul de felpa de cola, con veinte plumas de plata y cubierto de estrellas con su guarnición de encaje y blonda ancha de plata, además de un segundo manto de terciopelo con cola, sin guarnición ni flecos y otro más de felpa con blonda de plata que es el que llevaba entonces Nuestra Señora de los Dolores en el camarín.[5]
En cuanto a objetos de orfebrería y joyas, en el siglo XVIII la Virgen poseía anillos y rosarios de diferentes calidades, una diadema de plata con estrellas en el remate de los rayos, un puñal de piedras falsas y una cruz pectoral de esmeraldas[6], recibiendo en 1752 una generosa donación por parte del presbítero Luis Sweert, consistente en una valiosa Cruz de Calatrava en porcelana, con ochenta y ocho esmeraldas de diferentes tamaños y guarnecida con puntas de diamantes. Posiblemente fuera esta valiosa joya la que, por mandato del Cabildo de la Archicofradía, vendiera Don Julio Goux en 1907 para paliar la difícil situación económica que entonces se atravesaba.
Tras la requisa del Trienio liberal el platero y hermano de la Archicofradía José Reina realiza, como ya hemos mencionado, una nueva diadema. Pero además, y creemos que como medida preventiva, se hará un resplandor falso de hojalata que sería el que a diario portaría la Virgen en el camarín[7].
[1] LEIRA, A. El Traje Nacional. Modelo del Mes. Ciclo 2004. Septiembre, p.4. Museo del Traje. Departamento de Difusión. Madrid, 2004.
[2] En 1799 se documentan tres túnicas: una de felpa carmesí, otra de rasoliso, y otra de tafetán que sirve en la capilla. En el inventario de 1842, túnica y vestido seran de color rosado. A.H.A.D.S.J. Lib.10. Fundación de la Hermandad de Ntra. Sra. de Dolores, de San Juan, y Inbentarios del años 1799 y 1842. Nº 21. fols.12 y 56v.
[3] A.H.A.D.S.J. Lib.1. Libro de Imbentario del Y Alajas que tienen la her/mandad de N.ªS.ª de los Dolores en la Iglesia parroquial de s.r s.n Juan desta Ciudad. fol.1.
[4] A.H.A.D.S.J. Lib.10, fol.11.
[5] Ibid, fols. 56 y 56v.
[6] A.H.A.D.S.J. Lib.1. fol.1.
[7] A.H.A.D.S.J. Lib10. fol**