A finales del siglo XVIII Francisco Rodríguez realizará el Sagrario de la parroquia, que costeó a sus expensas la Archicofradía Sacramental de San Juan, según las marcas que aparecen en uno de sus laterales junto a las del fiel contraste ensayador José de Reina. Ambos plateros eran hermanos de Nuestra Señora de los Dolores.
Obra en plata de ley, presenta planta cuadrada y forma de templete con dobles columnas en las esquinas y cornisa saliente rematada con crestería. Sus caras ofrecen las escenas del Buen Pastor en el frente, el Cordero Místico en el reverso y la custodia y el cáliz con la Ostia en los laterales. Sin embargo, dentro de las reformas de la Capilla del Santísimo, patrocinadas por la señora Trinidad Supervialle Baratén, la pieza se restaura y modifica en 1901, coronándola con un templete de plata de ley, perteneciente a una custodia de asiento de 1714 atribuida al orfebre Agustín de Salas. Rafael Sánchez Lafuente menciona que Salas recibió en 1714 del obispo fray Manuel de Santo Tomás el encargo de hacer una custodia de plata para el convento de Santo Domingo reproduciendo la forma y hechura de la que tenía la catedral. Su peso se concertó en 1.200 onzas[1]. Según Sánchez-Lafuente el templete de la parroquia de San Juan podría ser parte de aquella custodia de Santo Domingo por su parentesco con el remate de la desaparecida custodia de la catedral, razonamiento en el que abunda la pertenencia del templo de Santo Domingo a la feligresía de San Juan hasta la fundación de la parroquia de San Carlos y Santo Domingo de Guzmán.
El templete de impronta muy clásica, se compone de columnas estriadas, sobre un basamento circular, rematadas con capiteles corintios sobre las que descansa una pequeña cúpula en la que se yergue la figura de la Fe. Según el profesor Sánchez-Lafuente será esta incorporación la que aporta a la pieza un carácter neoclásico que la aleja de su impronta original en estilo rococó[2].
La profunda restauración que había recibido el sagrario parroquial fue noticia en la Málaga de la época. En un recorte de prensa sin identificar, conservado en el Archivo Díaz de Escovar (del que poseemos copia en nuestro Archivo), se informaba sobre la necesidad imperiosa de aquella intervención ya que se encontraba en estado imposible para ser utilizado. La reforma fue impulsada, junto a otras mejoras del templo, por el entonces párroco don Fernando Naranjo Barea, que se había incorporado a San Juan como cura ecónomo en 1898, siendo sufragadas las 6.500 pesetas que costaron los trabajos de orfebrería, por la mencionada Trinidad Supervielle y Baratau. Paradógicamente, mientras el redactor del artículo recalca que no está autorizado a citar el nombre de la mecenas, éste quedó esculpido para la eternidad en la superficie trasera de la pieza: “ESTE SAGRARIO FUE RESTAURADO POR LA PIEDAD DE LA SEÑORA DOÑA TRINIDAD SUPERVIALLE BARATAU EN EL AÑO 1901”, junto a una inscripción anterior en la que se hacía constar “ESTE SAGRARIO FUE DONADO POR LA ARCHICOFRADÍA SACRAMENTAL”.
La restauración y nueva composición del sagrario se llevó a cabo en los talleres de orfebrería de la Casa Meneses de Madrid, establecimiento fundado en 1842 por don Leoncio Meneses Alonso. Meneses era muy conocido desde mediados del siglo XIX por la calidad de sus trabajos, y recibió numerosos reconocimientos a nivel nacional e internacional, obteniendo en 1875 el nombramiento de Proveedores de la Casa Real, exportando su lujosa orfebrería a América y Filipinas y recibiendo Diploma de Honor en la Exposición Universal de Bruselas de 1910. Como vemos, no se escatimaron los gastos para la intervención, al elegirse para ello uno de los más importantes obradores de orfebrería de la España de la época, que aún hoy existe dedicado fundamentalmente a la fabricación de cuberterías.
El artículo también nos informa que el sagrario quedo expuesto al público “en el establecimiento que el Sr. Romero tiene en la calle Larios”, para que pudiera ser contemplado detenidamente por los malagueños. Dicho comercio, distribuidor en Málaga de los productos de los afamados talleres madrileños, era Plata Meneses y Bazar de Novedades de Alejandro Romero, tienda ubicada en el número 4 de la calle Larios, dedicada a la venta de artículos de regalo, decoración y perfumería. La singular exposición del sagrario parroquial supondría entonces una excelente operación publicitaria, tanto para la casa madrileña como para su corresponsal comercial en Málaga.
En el año 2019 el sagrario ha sido restaurado por la Archicofradía en los talleres de Orfebrería Montenegro, que centró su intervención en la puerta y su cerradura, el espacio interior y la incorporación de la cruz a la alegoría de la Fe, que remata todo el conjunto. Como en las anteriores actuaciones, incluida la de su hechura, en un discreto lugar del Sagrario se grabó un breve texto documentando las reformas, para conocimiento de historiadores del arte y el patrimonio.
[1] SÁNCHEZ-LAFUENTE GEMAR, Rafael, Opus cit, p.313.
[2] Ibid. p.352.