Federico Castellón Serrano
Responsable del Archivo Histórico
Uno de los hermanos más ilustres de la Archicofradía entre los siglos XVIII y XIX fue José Peralta Verdugo artista que, según el doctor Rafael Sánchez Lafuente, fue “el platero más original y de mayor calidad artística de la segunda generación de artífices malagueños”.
El orfebre, hijo de Cristóbal Peralta y Teresa Verdugo nació en Málaga en 1743[1]. Tras su aprendizaje y su establecimiento como platero, casó en la iglesia de San Juan con doña Rosalía Ledesma, con la que tuvo cuatro hijos: doña María, doña Josefa, don José (presbítero) y doña Rosalía Peralta y Ledesma. Doña Rosalía Ledesma murió en 1781 y José Peralta se mantuvo viudo hasta su muerte acaecida precisamente en el día de Nuestra Señora de los Dolores (15 de septiembre) del año de 1820. A pesar de la importancia que alcanzó entre los artistas de su gremio, no dejó una abultada herencia, compuesta principalmente por una casa frente al Postigo de San Agustín y otro inmueble en calle Lazcano, instituido como patrimonio de su hijo José, para poderse ordenar sacerdote.
Peralta ocupó relevantes cargos en la Hermandad gremial que con la advocación de San Eloy agrupaba a los plateros[2], “fue mayordomo de la misma en 1777; primer alcalde veedor en 1785, 1788, 1803 y 1819; segundo alcalde veedor en 1779 y fiscal en 1792” (Sánchez-Lafuente, 1997: 365). En su extensa obra se incluyen todo tipo de piezas como copones, cálices, coronas, lámparas o, como en nuestro caso, placas de mayordomía, obras realizadas en estilo rococó, utilizando el neoclásico en las más tardías de su producción.
La Hermandad de San Eloy, tenía su sede canónica en la Iglesia de la Concepción, pero durante mucho tiempo no contó con bóveda de entierro en aquel templo y en este sentido buena parte de los integrantes del gremio de plateros, establecidos desde la Conquista en los alrededores de calle Nueva, fueron hermanos de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores o de la Archicofradía Sacramental de la parroquia de San Juan y enterrados en las bóvedas de éstas.
José Peralta, como tantos plateros, ingresó también en la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, en 1767, y desde luego no solo para obtener encargos de la Corporación o garantizar sus beneficios de entierro. En la documentación de nuestro archivo se revela con una vida cofrade muy activa, en la que trabajó mucho por la Hermandad, llegando a ocupar, entre otros, el cargo de Mayordomo, junto con Juan Jiménez, entre 1768 y 1769, y Clavero desde 1796 a 1807. También, como uno de los hermanos más destacados de la Archicofradía afrontó en primera persona la gran crisis que suscitó el dictamen de 26 de marzo de 1801 de la Real Chancillería de Granada por el que la Hermandad debía suprimirse, permitiéndose su subsistencia únicamente si se unía a la Sacramental de la Parroquia. Para buscar soluciones al grave problema, el presbítero José Sanz convocó una reunión en su propia casa el 19 de abril de aquel año, reunión en la que participó nuestro platero, junto a un reducido grupo de hermanos compuesto por Bernardo Salanne, Rodrigo Sánchez, Francisco Naudi, José Reina y Francisco García.
A la producción de José Peralta pertenece una pieza excepcional de las conservadas en el conjunto del patrimonio de las cofradías malagueñas: la Placa de Mayordomía, hoy integrada en el estandarte Mater Dolorosa, diseñado por Fernando Prini. La pieza, realizada en 1795 en estilo rococó, representa a Nuestra Señora de los Dolores con un vestido almidonado de hilo, situada bajo un dosel de amplio cortinaje que, junto a otros elementos decorativos constituyen el marco de la escena. La minuciosidad de los detalles y el tratamiento de las texturas de la ropa de la Virgen son el reflejo de su destreza y maestría. Peralta realizará otra pieza de características muy similares para la Hermandad de la Caridad de Vélez-Málaga que el profesor Sánchez-Lafuente ha datado en los mismos años que la de los Dolores.
Como vemos, el orfebre destacó en nuestra Archicofradía en su faceta artística pero también en sus quehaceres como hermano comprometido. Como sabemos por su testamento, su devoción llegaba hasta el ámbito doméstico, en el que contaba con una pequeña imagen de la Virgen de los Dolores ataviada con sus “alajitas” [SIC]. Así, no parece casual que el día de su festividad de 1820, la Madre Dolorosa, contara con la presencia de quien la había cincelado en la memoria de sus archicofrades, el platero José Peralta Verdugo.
[1] Seguimos al respecto los datos del Testamento de José Peralta. Archivo Histórico Provincial de Málaga. Legajo 3736, folios 310-313. Escribanía de Miguel de Ávila. Disponible en la web del Archivo de la Archicofradía.
[2] SANCHEZ LAFUENTE GEMAR, Rafael (1997) El Arte de la Platería en Málaga. 1550-1800. Universidad de Málaga. Málaga.