La Archicofradía Sacramental, sostén del culto eucarístico parroquial

Convocatoria Septenario 1882

De la actividad cultual de la Archicofradía, basta señalar que, conforme a sus Estatutos, y al margen de sus numerosos cultos en honor de sus imágenes titulares, durante siglos ha sido el sostén del culto eucarístico de la parroquia, especialmente en cuanto concierne a las funciones solemnes del Triduo Sacro, festividad y Octava del  Corpus Christi, salidas del Santísimo para llevar el viático a los enfermos y organización del Jubileo de las XL Horas, cuya facultad de celebración particular durante los días del Septenario doloroso ofrecido a Nuestra Señora en cada Semana de Pasión posee la Archicofradía por privilegio especial del Papa Pío IX, concedido el 22 de mayo de 1854.

Asimismo, es ilustrativo del esplendor y solemnidad de los cultos celebrados por la Archicofradía el hecho de que durante la segunda mitad del siglo XIX, en muchas ocasiones presidiera el obispo titular de la Diócesis la función solemne con que termina el Septenario a Nuestra Señora en la tarde del Viernes de Pasión, el antiguamente llamado, y aún hoy, Viernes de Dolores. Esta tradición, cuya repetición consta en numerosas convocatorias anuales del Septenario, se interrumpió en la Guerra Civil. Desde entonces, los obispos titulares han presidido cultos de la Archicofradía en muy numerosas ocasiones, pero no todos los años como era costumbre.

En la actualidad, con la lógica adaptación a los tiempos, la Archicofradía sigue organizando en la parroquia, a sus expensas y entre otros cultos, los relativos al Triduo Sacro, montaje del Monumento Eucarístico y celebración de un Triduo Sacramental en la Octava de la fiesta del Corpus Christi, al tiempo que desde 1997 ha recuperado  la  procesión con el Santísimo Sacramento por las calles de la feligresía el sábado o domingo de dicha Octava. Asimismo, todos los últimos jueves de cada mes celebra en su capilla Sacramental un acto de Adoración Eucarística con Exposición solemne de Su Divina Majestad.