Ricardo Ballesteros Liñán
Federico Castellón Serrano
Con esta frase el Hermano Mayor da inicio cada año a la Estación de Penitencia, pero desde 1985 a 1988, cuando se realizó el trono de Nuestra Señora de los Dolores, las puertas que se abrían eran las de la iglesia del Sagrado Corazón Jesús ya que, por sus dimensiones, era imposible seguir saliendo por la puerta de la torre de San Juan como se había venido haciendo desde 1978.
La puerta situada a los pies de la iglesia parroquial fue cegada tras la Guerra Civil y su reapertura era la única opción para que la Archicofradía de los Dolores pudiera salir desde su templo. La Hermandad, casi a la par de la finalización del nuevo trono, inició un largo proceso administrativo encaminado a conseguir este anhelo.
El Archivo Histórico de la Corporación conserva un largo expediente al respecto, que se inicia con el “Proyecto de reapertura de la puerta de la fachada principal de la iglesia de San Juan Bautista de Málaga”, redactado en enero de 1985 por el arquitecto técnico D. José Carlos de Rojas Mora. De dicho proyecto se dio conocimiento al Exmo. Sr. Obispo D. Ramón Buxarrais Ventura, en la reunión que con él se mantuvo en marzo de aquel año y aunque en principio, al prelado le pareció bien la propuesta, siguiendo sus instrucciones se redactó una petición formal que fue remitida al Vicario General, el Delegado Diocesano de Cofradías, la Comisión Diocesana de Patrimonio Cultural y Artístico y el cura párroco de San Juan, D. Francisco Castro.
En febrero de 1986, D. Alfonso Canales, presidente de la Comisión Diocesana de Patrimonio, con la aprobación del Sr. Obispo, cursaba escrito a la Archicofradía comunicando la decisión contraria del organismo a la apertura de la puerta, opinión a la que se sumaron el Delegado Diocesano y especialmente el párroco, según consta en la resolución emitida por D. Ramón Buxarrais, en la que además se especificaba que “ninguno de nuestros templos debe estar obligado a modificar su estructura en razón de tronos procesionales” y que “antes de encargar el nuevo trono la Cofradía se hubiera asegurado de la posibilidad o imposibilidad real de armarlo, sacarlo e introducirlo en el templo parroquial”.
Con esta rotunda respuesta la Archicofradía intentó infructuosamente ser de nuevo recibida por el Sr. Obispo. Siendo su solicitud ignorada se acordó en Junta de Gobierno y Cabildo General de Hermanos, celebrados en marzo de 1987, remitir finalmente al prelado un escrito en el que, con la sensación de “cierto menosprecio hacia nuestra Archicofradía”, se le instaba a reconsiderar su decisión y se le comunicaba la posibilidad de emprender las acciones legales contra su dictamen, tanto en vía contencioso administrativa como judicial.
La Hermandad recababa nuevos informes de expertos que apoyaran su postura y en este sentido destacó especialmente el realizado por la Catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Málaga Dª. Rosario Camacho Martínez, a instancias del entonces Secretario General y actual Consejero D, Pedro Merino Mata. La doctora Camacho redactó un conciso texto, con soporte fotográfico, en el que tras describir la historia del edificio y sus sucesivas reformas concluyó que “el tapiado de la puerta debió realizarse después de la Guerra Civil, utilizándose ya su altar en 1943, y en su decoración, sin especial interés, se han tratado de imitar las molduras del sotocoro, habiéndose subido también el nivel del suelo”. Aquel informe desmontaba completamente los supuestos valores artísticos o estructurales de unas obras que, tras la contienda, fueron las que realmente alteraron la configuración previa de la iglesia.
Tras tres años de un largo proceso administrativo, en noviembre de 1988, fue finalmente autorizada la Archicofradía, por el Sr. Obispo, para acometer las obras de reapertura de la puerta central de la parroquia de San Juan Bautista. Para entonces, ya había sido sustituido el párroco, D. Francisco Castro, por D. Jesús Sánchez Pérez, que llegaba con el ánimo de dar su visto bueno.
Con el ímpetu y el carácter práctico y resolutivo, que constituían en Adolfo Navarrete Luque, Hermano Mayor en aquellos momentos, rápidamente empezarían las obras, con la idea de que al siguiente año de 1989, pudiera hacerse la salida, por fin, desde el interior de San Juan. Habiendo mostrado las Reales Cofradías Fusionadas su intención de hacerlo también el Miércoles Santo, aceptaron sufragar la mitad del importe.
Y, como tanto tiempo había sido anhelada, en la Cuaresma de aquél año, fue inaugurada la puerta, acto para el cual se organizó una sencilla procesión con el Santísimo Sacramento bajo palio que, saliendo por la puerta de la torre, entró por la nueva reabierta. Quiso la Junta de Gobierno que fuera la Sagrada Eucaristía la que, de esa forma, la bendijera. Desde entonces –a excepción hecha de los años 2005 a 2009 por el cierre de la parroquia por obras- la Archicofradía sale cada Viernes Santo de su sede canónica, aunque estos cinco años citados volviera a hacerlo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.
El arquitecto fue el que lo era del Obispado, D. Álvaro Mendiola, quien poco después proyectaría la nueva Casa Hermandad de la Archicofradía inaugurada en 1993 y que acabaría haciéndose hermano de la Corporación.
